Ciencia

Todo preparado para el lanzamiento del mejor telescopio de la historia

Si sobrevive a sus primeros 14 durísimos días, el artefacto observará lo inimaginable: las primeras estrellas y galaxias tras el Big Bang.

Después de 25 años de trabajo, un presupuesto inicial de 500 millones de dólares (que se multiplicó por 20, hasta alcanzar casi 9.700 millones) y una larga cadena de fallos y rediseños, este viernes 24 de diciembre será lanzado el mejor y más potente telescopio espacial de la historia. Si sobrevive a sus primeros 14 días de infarto, observará lo nunca visto: las primeras estrellas y galaxias tras el Big Bang y las atmósferas de planetas fuera del Sistema Solar.

Construido por la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Canadiense, el Te­lescopio Espacial James Webb (JWST) será lanzado desde la Guayana Francesa. Una vez que el cohete lanzador Ariane 5 lo libere, a poca distancia de la Tierra, el aparato tendrá aún que recorrer el millón y me­dio de kilómetros que lo separan de su destino final: el punto lagrangiano 2, o L2, uno de los cinco alrededor de la Tierra en que las gravedades del Sol y de nuestro planeta se equilibran, permitiendo órbitas muy estables.

El observatorio tardará 29 días en llegar hasta allí, pero durante la mitad de ese tiempo tendrá que llevar a cabo la secuencia de despliegues más compleja jamás realizada en una misión espacial. Centenares de mecanismos deberán ponerse en marcha de forma secuencial y precisa para que el telescopio, que viaja plegado como un origami, pueda desplegarse hasta su envergadura real de 22 metros. Durante las dos primeras semanas de viaje se irán desplegando el enorme parasol, las antenas de comunicaciones, los paneles, los alerones y, por supuesto, los espejos, el mayor de ellos de 6,5 metros de diámetro y formado por 18 segmentos hexagonales independientes que deberán alinearse perfectamente para funcionar como uno solo.

El telescopio se convertirá en una especie de máquina del tiempo. Revelará las primeras estrellas y galaxias que se formaron tras el Big Bang hace unos 13.500 millones de años, cuya luz es tan tenue que los telescopios actuales no pueden captarla. Además, enviará las imágenes más detalladas del cosmos hasta la fecha y buscará posibles signos de habitabilidad en mundos más allá de nuestro Sistema Solar.

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