Brasil
En el tramo final de la campaña hacia el balotaje Lula valoró el rol de los alcaldes
El diario Hoy y la Red 92 estuvieron presentes en el marco de la participación del el expresidente en la Confederação Nacional dos Municipios. Allí, Lula ponderó su estrecha vinculación con la gente y, visiblemente conmovido, recordó a su madre
Vanesa Abalos Enviada Especial en Brasil
En el marco del tramo final de la campaña hacia el balotaje del próximo domingo, y a un día de su cumpleaños, el ex primer mandatario y ganador de la primera vuelta en los pasados comicios presidenciales de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, participó ayer en San Pablo de un encuentro con representantes de la Confederação Nacional dos Municípios, donde destacó el valor del trabajo de los alcaldes y su relación personal con los mismos.
“Nunca antes un presidente había tratado a los alcaldes con la calidez que yo los he tratado. Creamos una sala para alcaldes, una sala en cada superintendencia del Palo. Y nunca antes los alcaldes habían tenido tanta participación en la elaboración de un programa de obras en las ciudades”, ponderó el expresidente, que se impuso a Jair Bolsonaro por escaso margen en las generales del pasado 2 de octubre pero no llegó al 50% de los votos necesarios para consagrarse en primera vuelta.
Lula alcanzó el 48,43% de los sufragios con 57.257.972 votos y Bolsonaro recopiló el 43,20%, traducidos en 51.071.194 sufragios; una diferencia no muy amplia entre ambos que dio lugar a una segunda votación, que se realizará el próximo domingo con una gran expectativa regional e internacional.
Da Silva también se refirió a las circunstancias en la que los brasileños transitan su cotidianidad. “Es en la ciudad donde la gente vive sus problemas, toma autobuses, va al hospital. Antes de que creáramos políticas de distribución del ingreso, muchos alcaldes se despertaban por la mañana con una fila de personas afuera de sus casas con personas pidiendo cosas”, describió en otro tramo de su alocución.
A su vez, resaltó su vínculo estrecho con sus conciudadanos: “Me gusta hacer política abrazando a la gente, mirando a la gente. Tenía demasiado miedo de cometer errores. Me quedaba despierto por las noches, mirando al techo, preguntándome si iba a funcionar. Y funcionó porque escuché a la gente”.
Al referirse a pasajes de su último mandato como presidente, recordó “una sesión plenaria en la meseta con recicladores y personas sin hogar. Cuando los llamé para hablar, no quisieron, porque se encontraron representados en mi discurso. Este fue el momento más gratificante para mí en toda la presidencia”.
En otro tramo de su discurso y en tono emotivo, le dedicó un párrafo a su madre: “En mis oraciones, siempre pido protección y guía a mi madre. Siempre hablo con ella. En el fondo, una madre no muere. Ella deja una fruta, tú. Supongo que eso es lo que soy. Tengo en mi corazón, en mi sangre, a mi madre”.
Finalmente, le dedicó un párrafo al estado actual del país, en una alusión indirecta a Bolsonaro: “Está desmantelado desde el punto de vista de las instituciones, tiene 33 millones de personas hambrientas. Destruyó todo lo que hicimos con la educación, también acabó con la cultura”.