En julio, una familia necesitó más de $1,1 millones para no ser pobre

El aumento de precios en bienes esenciales confirma el deterioro del poder adquisitivo.

En julio, el costo de vida volvió a presionar a las familias argentinas. Según datos del Indec, una pareja con dos hijos requirió $1.149.353 para cubrir la Canasta Básica Total y evitar la pobreza, mientras que el umbral de indigencia se fijó en $515.405. Ambas canastas subieron 1,9% en el mes, igualando la inflación general.

Se trata del segundo mes seguido con aceleración, lo que confirma que los precios de bienes y servicios esenciales siguen en alza. Aunque la reciente suba del dólar tuvo un traslado menor al esperado, el aumento acumulado en alimentos y gastos básicos continúa afectando con fuerza a los sectores más vulnerables.

En este escenario, la inflación contenida no se traduce en mejoras reales: los salarios apenas empatan el índice, y en el sector privado la pérdida de ingresos ya es evidente. El Gobierno exhibe la baja en el ritmo inflacionario como un logro, pero la realidad muestra que aun con un tipo de cambio relativamente estable, millones de hogares ven alejarse la posibilidad de acceder a lo mínimo indispensable.

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