Inflación: el Gobierno anunció refuerzos en los ingresos de los sectores más afectados

El Presidente de la Nación Alberto Fernández y el ministro de Economía, Martín Guzmán, anunciaron ayer un bono para los trabajadores en relación de dependencia formales e informales, monotributistas, jubilados y pensionados y empleadas domésticas, y también una forma llamativa de financiar otras erogaciones: un gravamen a la “renta inesperada”, que se cobrará a las empresas que hayan obtenido fuertes ganancias a partir del estallido de la guerra entre Rusia y Ucrania.

Del acto, realizado en la Casa Rosada, participaron también los ministros de Trabajo, Claudio Moroni, y de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, así como la titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses), Fernanda Raverta. El auditorio estaba compuesto por gobernadores, funcionarios y representantes de diferentes sectores de la economía. Un detalle que marca la tensión que imperaba en el ambiente: al titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, lo habían sentado junto a Emilio Pérsico, secretario de Economía Social; parece que no le gustó, porque pidió que lo cambiaran de lugar.

“Estas medidas son muy necesarias por el impacto de la inflación en el primer trimestre. Debemos garantizar que no recaiga en el bolsillo de los argentinos y fundamentalmente de los sectores más vulnerables”, dijo el jefe de Estado.

A quiénes alcanzará el bono

El “refuerzo para mejorar los ingresos”, como lo llamó el Gobierno, tendrá diferentes características según los beneficiarios a los que alcance. En el caso de los empleados sin ingresos formales (en negro), será de $18.000, en dos cuotas de $9.000, a pagar en mayo y en junio; también será así en el caso de las empleadas de casas particulares (domésticas), estén o no registradas, y para los monotributistas de las categorías A y B.

Para los jubilados y pensionados, en cambio, será de $12.000, pagaderos en una sola cuota, y alcanzará a los que perciban hasta dos jubilaciones mínimas de monto; en este caso se completarán los $18.000 con el bono de 6.000 ya otorgado anteriormente.

“Es fundamental que los gobiernos del mundo actúen para evitar que aumenten las desigualdades, y Argentina, en ese punto, actúa”, dijo Guzmán.

La modificación de Ganancias

El mecanismo con que el Gobierno espera aumentar el caudal recaudatorio para hacer frente a la crisis no es, en rigor, un nuevo impuesto, sino una modificación de la alícuota del ya existente (y frecuentemente polémico) impuesto a las Ganancias, que alcanzará a las empresas que hayan obtenido beneficios extraordinarios por el estallido de la guerra en Europa.

Técnicamente, se trata de un incremento en el gravamen sobre las ganancias que se hayan obtenido por el aumento en los precios de las commodities (cereales, petróleo, gas natural, minerales exportables, etc.) que produjo el conflicto bélico. Claramente afectará sobre todo a las compañías exportadoras, entre las cuales se cuenta el sector agropecuario, gran exportador de alimentos, que se encuentra en pie de guerra con el Gobierno. Por eso, la medida promete generar algún revuelo.

Esta alícuota diferencial “se enfocará sobre el universo de grandes empresas que tengan ganancias superiores a los mil millones de pesos”, teniendo en cuenta que “el margen de ganancia tiene que ser anormalmente alto en 2022”, precisó Guzmán. También explicó que la carga impositiva “será menor” si esta renta extraordinaria se canaliza hacia la inversión.

Moroni dijo que “todos los recursos del Estado” se van a utilizar para determinar quiénes deben pagar el incremento en la alícuota, incluso si no declararon sus ingresos.

Con esta iniciativa, la administración de Fernández espera recomponer los ingresos fiscales para poder hacer frente a la crisis y cumplir con las metas de crecimiento y recaudación fijadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el acuerdo suscripto recientemente con nuestro país y que, según el propio ministro Guzmán, la guerra en Europa obligará a revisar.