Ciencia

Reconstruyen la odisea del mamut lanudo

A través de un fósil hallado en Alaska, los científicos lograron armar los 28 años de vida de un ejemplar que vivió hace 17.000 años y recorrió una distancia similar a casi dos vueltas a la Tierra.

Un artículo publicado en la revista Science echa luz sobre la vida diaria del mamut peludo, una de las criaturas de la edad de hielo más estudiadas e icónicas, pero también una de las más enigmáticas.

Hasta ahora, la mayoría de los restos encontrados han ofrecido la instantánea estática de un momento de sus vidas. Sin embargo, un equipo de científicos ha conseguido realizar la película de los 28 años de existencia de un ejemplar, que vivió hace 17.000 años en lo que ahora es Alaska.

Toda esta información se ha podido conocer gracias a las firmas isotópicas de sus colmillos. Así como los troncos de los árboles crean cada año un anillo nuevo, los mamuts generaban una nueva capa en sus colmillos.

En cada capa se reflejan las huellas isotópicas de su alimentación y su estado físico, por lo que comparándolos con otros referentes (como muestras de animales, vegetación o suelo), se puede conocer dónde y en qué estado se encontraba el mamut casi cada año de su vida, desde que era un bebé con su manada hasta que se hizo adulto y recorrió amplias zonas de Alaska.

A pesar de su enorme tamaño (su peso se encontraba entre las 6 y las 8 toneladas), el mamut recorrió enormes distancias. Según los datos ofrecidos por los fósiles, anduvo tanto como para casi dar la vuelta a la Tierra dos veces.

“No está claro si era un animal migratorio estacional, pero lo cierto es que cubrió un gran terreno”, afirma Matthew Wooller, investigador de la Universidad de Alaska en Fairbanks y autor principal del artículo.

Los científicos creen que las migraciones podían ser un comportamiento habitual. Y no solo compartiría esta característica con otros paquidermos: los investigadores apuntan que se trataba de un macho emparentado con el último grupo de su especie que vivía en Alaska continental y que alrededor de sus 15 años hubo un cambio abrupto en su vida. Probablemente se habría producido su expulsión de la manada, fiel reflejo de lo que ocurre con otros elefantes machos de la actualidad. Finalmente acabó muriendo, seguramente por inanición, en el Círculo Polar Ártico.

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